lunes, 12 de julio de 2010

Crónicas de Duranghetto
Te escribo desde acá, desde estos lares, donde reina el temor y la desconfianza, donde lo único que importa es cuál partido ganó o hizo transa, donde ves todos los días al abrir los periódicos, un nuevo aumento de algo, aumento de descabezados, de gasolinas, de violencia, de muertos por un huracán, donde cínicamente el gobierno federal dice que no hay dinero para reconstruir ni la esperanza. Sólo para gastarlo obscenamente en propagandas poliqueteras, en miles y miles de pancartas con rostros de hombres y mujeres que muestran sus dientes, no sé si para morderte o para mostrar que ellos si se lavan los dientes tres veces al día. Te escribo como quien envía un mensaje en una botella y se le arroja la mar, sabiendo que nadie lo podrá encontrar, y que se perderá en el infinito de las olas, quizá solamente sea un ejercicio de escritura, ya solamente nos queda eso y ser simples espectadores, sin poder hacer nada para cambiar nuestra vida o el futuro, hasta eso nos han arrebatado. Te escribo como un hombre cansado de tantas mentiras, de tantas promesas incumplidas que ha mirado toda su vida como su tierra ha sido saqueada, ha sido empobrecida por familias de caciques en el poder, donde unos cuantos se enriquecer brutamente y la mayoría se muere de hambre pero el orgullo norteño nos levanta. Yo era uno de esos, que cuando niño me dijeron que yo era el futuro de México y que orgullo cada mañana de lunes rendía homenaje a la bandera y me cuadraba todo derechito cuando la veía pasar y desde mi corazón a todo pulmón entonaba el himno nacional, orgullo de ser mexicano, de creer en mi país y que de grande quería ser ingeniero o médico para salvar a mi gente. Ahora prefiero ver televisión, embrutecerme con los canales pasamierda. Oír las mentiras de los locutores al leer el script autorizado por gobernación. Mi única preocupación es juntar dinero para mi ataúd, porque hasta morirse es caro, morirse cuesta una lana, pero luego pienso, ya muerto pa qué lujos, que me entierre al pie de los cerros para que me trille el ganado como dice el hijo desobediente. Te escribo, sabiendo que aun tú nos has dejado de escuchar, nos ha dejado a la deriva en este pobre país donde un puñado de rateros, de asesinos nos están crucificando. Donde un puñado de pendejos deciden nuestra miseria, donde no hay esperanza y tus gritos se pierden en la nada. Y créenme no es que este amargado, no, de ninguna manera, me gusta el lugar donde vivo, este pequeño ghetto llamado Durango, quizá porque la apatía y el desencanto también ya lo traigo en la sangre, de herencia, de gente que vive encerrada a piedra y lodo, de gente que no sabe pedir un favor, mucho menos un vaso de agua. Quizá solamente este algo cansado, ya son bastante años esperando que las cosas cambien, mirando como cada cierto tiempo nos dicen las mismas mentiras disfrazadas de verdades, pero algo cambió desde entonces, , no , no te rías, no es que ellos, hubieran cumplido con sus promesas, no, esas siguen intactas, incumplidas, ahora es diferente, ahora flota en el aire un miedo que antes solamente veíamos en la tele, ahora hay balaceras cotidianas y muertos al por mayor, parecemos una mala película de Mario Aldama, ya lo único que pedimos cuando aparece un encanelado, un enzarapado, es que no sea un familiar o un conocido. Y cuando sales a la calle, rezas por regresar sano y salvo, por no perder, ahora si literalmente, la cabeza o encontrarte con laguna bala perdida que tenga tu nombre. No se porque te cuentos todas estas cosas,tú ya debes saberlas, se supo que tú lo sabes todo, lo hago mas que nada como un desahogo, una especie de catarsis interna, ya que externa no puedo hacer nada, no puedo luchar por tener un trabajo digno, donde ganas algo mas de centavos para tener lo que dicen que debo tener para vivir mejor, no únicamente el varo para tragar lo mínimo para sobrevivir. En fin para que te molesto en decirte todo lo que pasa por aquí, tu allá en el limbo o paraíso o como se llame el lugar donde dicen que vives, en caso de que existas claro, por muchas veces tengo mis dudas de tu existencia, aunque d niño me forzara a creer en ti, a rezarte, a ir a misa cada domingo, y hasta confesar pecados que no había cometido con tal de demostrar que no merezco tu gracia divina. Estaría chido que existieras, al menos uno no se sentiría tan solo, al menos uno tendría una esperanza real, efectiva, palpable, al esperanza de que cuando uno deje de sufrir al PRI, al PAN, al PRD, a los narcos, a los curas pedófilos, y se muera hay la esperanza de irse derechito al cielo, y no es que me porté muy bien o sea un santito, pos no, la cuerpo hay que darle gozo y mantenimiento, pero chingaos después de vivir y sufrir el infierno de nacer en México y soportar las canalladas y fechorías de nuestros políticos, medio comer y medio coger, beber cerveza tan cara y padece diabetes, presión alta, cirrosis, sida, ver los canales de la televisión abierta, todavía tiene uno la posibilidad de ir a tu infierno, ese que regentea tu ángel caído , don Sata y sufrir los ardores de las llamas por una eternidad, no la chingues Dios, se me hace que eres bien mula, pero bien mula, y pos mejor hiciste tu infierno en cada uno de nosotros, que de los cien millones y pico que somos, solamente un 2 por ciento vive en su paraíso y el resto, a jodernos en el infierno de cada día, en fin que no quiero ser descreído pero que nos queda en este país, con esta clase de pillos que tenemos por gobernantes… en fin que nada pierdo con escribirte, y por favor Dios, no seas cabrón y acuérdate tantito de nosotros, no nos dejes tan abandonados o de perdida has llover cerveza de vez en cuando para ponernos hasta la madre y olvidar un poco este infiernito que nos tocó vivir… chale y hasta ateo soy y mira lo que me obligas hacer…(jesusmarin736@hotmail.com)

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