La neta en la tragedia del perro loco y del abandono de su morrita amada, la Sarita, su Virgencita del Santuario
Jesús Marín
La neta que yo sí te amaba morra, neta que tú eras la efectiva, la que rifaba, la dueña de mis quincenas, la futura madre de mis chavitos, la mera mera, mi princesita oscura, mi media mitad, mi nalguita sácale punta, el altar mayor pues; por ti, noches enteras me la he pasado bien toruzco, bien pegado al cahuameo, con pura cahuama de esas grandotas, bebiéndomelas de golpe y sin respirar, tristeando ante rolas del josealfredo, pisteando sin tomarle sabor, nomás embruteciendo el alma, ahogando el orgullo para pensarte , para extrañar los chicos besotes que nos dábamos y de como mis manos de cholo esquinero, de mariguano sin oficio, de vago mantenido, te recorrían despacito, reteniendo la respiración y las ganas de gritar , de como recorrían ese cuerpecito rumbero, ese cuerpecito de diosa, caray, que gacho se siente ser abandonado por una morra, ser tirado al olvido, como calzón viejo, como envase desechable, caray, se siente uno peor que un perro de la calle y mira que de perro y de calles yo tengo mucho, no lo niego, no niego la cruz de mi parroquia, soy un vil perro de la calle, hijo desutiznadamadre pero neta SARA, así con mayúsculas pa que se enteren todos y veas que no me escondo y veas que puedo salir a mita de la calle y gritarlo, yo te amo, morra, yo te pongo casa y te mantengo; que si ando de huilo con otras morras es por pura necedad, por calenturas, herencia de sangre de macho, de toro descolado, que si no te soy fiel es porque macho he nacido y macho he de morir; agarra la onda pinche morrita enfadosa, entiéndelo Sara, Sarita, yo cuando te veo, siento aquí dentro una ganas de cantar, un jolgorio de palomas revoloteando, puritas hormigas, de esas coloradotas y panzonas recorriéndome la entrepierna y un sol grandote estallando aquí dentro, en el mero mero lugar que tu sabes tan bien y se me enchina la piel y se enchina lo enchinable, morrita, niña, mi Sarita, vuelve, neta que sí te amo, verdad de dios que sí me cuadras, verdad de dios que la primera eres tú, la única nalga que si me late, las demás son meros cotorreos, meros agasajos de un rato, bien sabes que tú eres la única morra que me he ha puesto de rodillas, que me ha hecho llorar de al tiro hasta que se cayeron los oclayos y el nudo ahogándome, yo que no chillaba desde morrillo, lloré por ti esa noche cuando agarraste tus garritas y tomaste el cuchillo cebollero y sin piedad abriste mi pecho y me sacaste el colorado, el latidor y me dejaste sin hombría, todo ajotado, todo chillón y lastimero, me sacaste la sangre desde adentro, hiciste que se me doblaran las corvas y me entrara un sudor frío y tuviera mal viaje sin siquiera haberme atizado, sin siquiera haberle quemado las patas a judas; dan ganas de irme de borracho de tiempo completo, de hundirme en el cemento y soñar con tus piecitos, con tu rostro de santa iglesia, de virgencita del santuario y quitarme la tullidez en que me dejaste, dan ganas de salirme a la calle a buscar quien nos parta la madre de una vez por todas y acabar así el sangradero y acabar así el moqueo y ya no vivírmela pisteando llegándole mortal a los chettos, atizándole gacho al churro y al dolor, haciendo crecer la rabia y la ardidez, mientras lagrimeo, repitiendo tu sacrosanto nombre y ahí me tienes como wey wachando tu foto, esa de quinceañera donde apareces toda sonriente diciéndome que yo siempre sería tu rey, que yo siempre sería tu bizcochito, mentira, mientes como todas las putas viejas, puras gandallas convenencieras, pura chupadoras de la decencia de los hombres; mira que bajo he caído, escuchando rolas del AlejandroSanz, casi casi con pañuelo en mano, casi como morrita en su primer desquinte, neta que te clavaste de a feo, neta que te la bañaste gacho al dejarme abandonado sin mi dotación de tus carnes, sin mi dotación de nalguitas dejándome nomás con el consuelo de mi triste zurda, dejándome adolorido y desinflado, ardido pues, para entiendas pinche morrita, a mí que casi te sentía amar tanto como mi santa madrecita, yo que casi me ponían a camellar pa tenerte como reinita, para darte lo que mereces, que gacha eres, me cae, y ni poder echarte un fon, ni poder llamarte a tu cel, y no lo hago porque no me importes sino porque soy bien machìn y porque tengo unos “esos” enormes y no me veras arrastrándome y no me veras suplicándote, primero me vuelvo puto que hacerlo, me cae, pero quisiera llamarte y escuchar tu voz pa que calmes mis angustias, pa que sosiegues tanto cabuleó del malo, de que hace úlceras y provoca canceres, de esas heridas que no se ven pero son las que duelen más; tu voz mi Sara, mi sarita del alma, mi bizcochito santo, mi nalguita adorada, me hace temblar todito nomás pronuncias mi nombre y me derrito todito y me dobla, neta me doblas de altiro, neta morra, no sé que piensas al dejarme así, herido en pleno corazón , con sesera nomás pa pensar en ti, en tus divinos labios, en tu pequeñito culo, en tus cositas allá abajo, me traes bien enjabonado por ese tallecito de muñequita de sololoi, por esa carita de ángel , morrita me diste toloache del bueno, caldo de calzón del efectivo, ese cariño que de ratos me hacía recordar a mi jefita muerta, caray, Sara, no se vale haberte ido así, haberme dejado todo empanado, todo pusteco, ahora quién será mi virgencita de Guadalupe, ahora quién será mi vieja, mi morra, mi peor es nada, mi panecito, mi bizcochito, la nenita de papá, la reina de mi vida, la merar mera, la catedral sin capillitas, quién va a llenar este vacío que ni el thiner puede ahuyentar, que ni el mezcal puede apaciguar, caray, mi Sara, ninguna me había calado tan hondo y profundo como tú, me moviste el tapete, gacho pero retegacho, ahora ando como perro sin dueño, todito enyerbado, rumiando por el cantón, mirando nuestro catre, ahora tieso y amortajado, y si por las noches no me suelto chillando es porque soy bien machín. Es porque soy el perro loco.
Neta carnalitos del alma, todos compas, si alguno sabe de mi Sara, si alguno la conoce, díganle que me esta llevando la chingada, que ya soy un vil despojo, un vil pendejo, un vato loco que se han rendido, uno que llora como escuincle apenas la mencionan y que sin ella no soy nadie, y sin ella esta vida ya no sabe, sin ella el mezcal es pura agua de riñón y que sin ella ni la mota truena rico, que vuelva y vuelva a ser la reina de mis ardores, la reina de mis noches y la mujer por la que pueda yo ser un machín , un hombre de verda, te amo, Sara, mi virgen del santuario, la reina de mi corazón. Chale Sara, no seas gacha, vuelve. Te amo. Vuelva Sara, no seas ojete. (jesusmarin73@hotmail.com)
viernes, 9 de mayo de 2008
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